jueves, 7 de mayo de 2009



Este es un cuento que mi amigo Javier

Taliesín de los Druidas

y

Merlin de Britania

escribió para mi:



Sabías que suelo soñar con vos?

Que cuando las horas se disponen a embaucarme con somnolientos bostezos, como diciendo "es hora que dejes de molestar a las horas.. pensar, imaginar y alborotar el universo no esta permitido, no a estas horas", cierro los ojos y me acuesto?

Que el cielo es de color vainilla, huele a inocencia, pero sabe a paz. Paz mental.
Te cuento, por si no sabías, que tenes un puesto de libreria en la nube 9, entre la 13 y la 165, repleta de libros de Ciruelo que todavía no se editaron. Del otro lado hay un puesto de libros de ocultÍsmo, cuyo dueño se desconoce ya que se dice que cuando entras, los libros te hablan, vendiendose a ellos mismos.Y del otro lado, un puesto de panchos, porque en el Cielo también se come, y que bien se come! Eso si, solo se venden panchos light, sin mayonesa. Creo que se tomaron en serio que al cielo van solo las cosas buenas.

Tenés el pelo mas negro que de costumbre, mas brilloso y de un peinado del tipo épico. Si tenes vestido, pollera o pantalón no sabría decirte, ya que trato de imaginarte desnuda todas las veces que me es posible.

Un grupo de infantes siempre pasa a visitarte, para que les cuentes las historias mas entrincadas que brotan de tu honesto y misterioso corazón.Vos les regalas fantasías, y ellos te regalan sonrias. Un trueque mas que justo.Mas justo que la apuesta que le ganó Juan el Bautista a Moisés, diciendo "el que quiere celeste.. que mescle azul con blanco".

En fin, sabías que sueño con vos...

domingo, 3 de mayo de 2009


Dos meses, dos meses y algunos días y tres meses…
Pasaran segundos, minutos, horas, días, años y mi propia vida
Pero hasta cuando no te vea de nuevo, aguardando allí y me abraces.
Allí mas allá de Valinor (siempre supiste que no creo en la mitología cristiana)
En las márgenes del último océano, con un farol en la mano, sobre una barca de plata.
Para sentir nuevamente tu perfume y tu voz y las caricias de tus manos…
Me diste el ser y me acompañaste un poco, aunque aun nos faltaba tanto.
Y por las noches despierto de madrugada agotada y ahogada en mi angustia
Por no escuchar tu voz y tu presencia en nuestra casa
Hasta que la humanidad aplaste a esa enfermedad maldita y nos riamos junto con los ángeles de ella y de la muerte que te cerró los ojos
Hasta que todo eso pase mamá seguramente he de llorarte, segundos, minutos, horas, días y toda mi propia vida...



Nunca creí de verdad...que nuestro largo tiempo juntas...fuera en verdad tan corto...tan poco...